Estamos en clase de
Lengua. Primeros días de otoño. Hacemos un dictado en silencio. De vez en
cuando, se escucha el viento. De repente, una niña dice “¡Están lloviendo
hojas”. Nunca lo había escuchado, pero es verdad. Las ventanas de nuestra clase
dan a un patio con cuatro árboles. El césped ya está casi cubierto de hojas y,
hoy más que nunca, caen las hojas amarillentas de los árboles. ¡Están lloviendo
hojas! Esa frase totalmente lógica para la mentalidad infantil, abierta a las
emociones de la naturaleza. Una mentalidad que se sigue emocionando con la nieve, con la lluvia, con
la caída de las hojas, con los charcos…Y en ello estamos también nosotros…En no
perder esa emoción…o en recuperarla.
lluvia
de hojas…
en
el poyo de la ventana
una
hoja seca